22 octubre 2010

Despertar

Algunas ideas germinan en la mente sin saber cómo. No sientes sus minúsculas raíces enredarse en tu alma y en tu corazón hasta que una noche, antes de apagar la luz, te trastocan. Quedan varadas en un rincón y un oleaje, perverso o agradable, las lleva a la costa de la lucidez. Aunque intentes dormir, y más si lo consigues, te rondan los sueños y amanecen en un lugar que desconocías que existiese. Es tan profundo su mundo... Que es muy probable que te creas una persona diferente a la que te acostaste. Así es un amanecer con niebla, húmedo y frío para la mente. Uno de los despertares que quieres borrar. Como una violación a quien crees que eres. O a quien quisieras ser. El resultado es el mismo. Un sentimiento extremo de culpabilidad, de haber vaciado la papelera del pasado habiendo ensuciado el resto. Pero sobretodo la eterna e invariable confusión. No soy buena, no soy agradable, no soy... Soy Nada.


Quien sí que es parte de la vida que empecé hace unas semanas es Cocco, nuestra gatíta. Su nombre viene de la famosa diseñadora Cocco Channel. Desconocemos su edad exacta pero es un amor. La adoptamos en la Protectora de animales y plantas de Sabadell. Aquí una de las pocas fotos que se ha dejado hacer:


Últimamente tengo muchas cosas que decir pero pocas ganas. A ver si me animo con el paso del tiempo...

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