13 noviembre 2010

Buff

Llevo todo el día de hoy encerrada. A decir verdad, llevo la semana entera. Voy de clase a casa y viceversa. No hay más. He calculado que paso 18 horas en casa, apróximadamente, y que llevo desde ayer a las 22.30 sin pisar la calle.¿Para qué? Aquí me siento más protegida y segura. Tengo lo que necesito y tampoco puedo permitirme el lujo de salir ni a tomar un café. Las cuentas no salen por mucho que me coma la cabeza. Ha salido demasiado efectivo y por mis manos no ha pasado. Solo pienso cómo viviremos el próximo mes.

En fin, que he estado diez horítas en la cama, me he despertado, me he puesto a hacer la lista de tareas de casa pendientes y he vuelto al sofá. Ahí he estado durante horas y horas mirando la televisión sin escucharla ni verla. Era un eco que me atontaba y me hacía sentir igual de estúpida que la mayoría de la población. He intentado preguntarme qué había sido de mi energía esta semana, de mis inquietudes y de mi salud. Pero me he mareado por el run-run de la caja tonta y las décimas de fiebre. En el fondo he sentido alivio.

Tengo ganas de dormir constantemente y me duele el cuerpo a menudo. Tengo el riñón izquierdo machado y el resto de la espalda no está mejor. El año pasado tuve lumbago y desde entonces padezco de tanto en tanto molestias que se juntan con el resto de dolor de espalda. Es mas, no puedo ni agacharme a veces. Ir a un gimnasio o al masajista vale dinero, el cual no tengo. Desconozco igualmente métodos para solucionármelo ya que ni tan si quiera se cuántas lesiones tengo en la espalda. Además tengo fiebre por las noches, a veces décimas y otras un poco más. Suelo esconderlo pero el caso es que no me ayuda.

Tampoco he hablado con casi nadie. He preferido encerrarme en mí. En el fondo me sienta bien estar sola. Puedo dedicar tiempo a proyectos a medias, a los estudios o a aburrirme. Lo que más me cansa de una relación es tener que dar explicaciones por casi todo. Me agobia. Sobretodo porque soy rara y me encanta salir disparada en medio de una multitud o pasear de noche con la música alta. Creo que buscarle motivos a éso, y más, haría que perdiese el encanto de hacerlo. Es divertido coger un autobús o ferrocarril a las 23.00 e irte a Barcelona para recorrer la ciudad sin rumbo ni identidad. O llegar al mar cuando sientes que te ahogas y nadie quiere escucharte gritar. Estimula.

El otro tema son mis nulas ganas de practicar sexo. Lo he acabado aborreciendo. Suelo tener estas temporadas pero es que es algo a lo que no le encuentro sentido últimamente. Soy capaz de decir que alguien es atractivo o guapo pero en absoluto puedo acostarme con él. Imagino que será un síntoma más. Durante las juergas de hace un tiempo sí pero ahora no. Y es que las experiencias de éste año no han valido la pena. Ni siquiera he podido disfrutar con ellas. He perdido las ganas. Cosa que pasa cuando una y otra vez nada consigues.

Resumiendo un poco, no le encuentro sentido a nada, estoy cansada siempre, enferma a ratos, no salgo de casa ni aunque me obliguen y no quiero compañía ni sexo. Estoy echa una mierda...

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