01 junio 2013

Pasos

Bebo una cerveza mientras miro una de mis tantas redes sociales.

No es que me sienta orgullosa pero poco a poco he caído. Es como intentar ir contra la comunicación de la gente. Al menos, así puedo sentirme algo más en línea con ellos.

Muevo mi ratón por toda la pantalla. Clico sin importarme dónde acabaré. Es casi adictivo. Lo uso para... Para olvidarme del mundo. Poner la música hasta que ningún ruido penetre las sensaciones que llevan tiempo en la cola. Alegría, euforia, tristeza, pena, olvido... El olvido también es un sentimiento, sí, lo he vivido tantas veces que se ha vuelto como tal.

Sigo mi itinerario, llegando a la conclusión de que debo ponerme las pilas con mis estudios. Sí, esos mismos que me han llenado de gente maravillosa. La contrapartida es que me dan bastante igual las notas. Mientras apruebe, ya me conformo. Antes podía pasarme las noches estudiando y sentirme completa cuando me daban un 9, un 10, un sobresaliente... Ahora como que me da igual. He ¿madurado? Ves a saber.

No entiendo bien qué se supone que se espera de mí. Tengo 23 años y ya no sé dónde meterme. Si soy sensible, me dicen que debería ser más fuerte. Si lo soy, es que no me dejo conocer. Si busco trabajar y estudiar, soy calculadora y fría. Si busco amor, soy una idealista. Dicen que vivo en la utópia, que parece que tenga 18 años. ¿Qué narices es ser madura?

Aprender de los errores, supongo. ¿O no saber qué quieres? ¿Conseguir tus sueños? ¿Callarte lo que sientes? ¿Olvidarte de que alguna vez fuiste inocente? ¿Qué es ser MAYOR?

No tengo respuesta y quien te diga que la tiene, miente. No hay una respuesta. No hay un "ser mayor". Solo un "sobrevivir", "vivir", "morir"... No hay más. Cada uno tenemos nuestras piedras en el camino, cada uno tenemos nuestros fantasmas esperando que lleguemos al castillo.

A veces me da la impresión de que a nadie le importa quién es mayor... La respuesta de la sociedad es que te sacrifiques, da igual quién o qué seas.

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