07 julio 2013

Eternidad

Mirando al cielo veo una infinidad de estrellas que me otorgan la paz; con ese deleite de pertenecer a ellas, ser parte de ellas, nacer de su misma estela. Si bajo la vista, puedo observarte. Eres quien he buscado. No hay más que decir. En el suave murmullo de ese silencio vacuo de la noche puedo disfrutarte, hora a hora, con la certeza de que si lloro será de felicidad.

Historias, poesías, sollozos, recuerdos, sensaciones... Estás aquí y solo puedo acercarme a ti para hacerte, a mi vez, feliz. Durante lo que parecen milenios no he podido ver esos ojos que son capaces de iluminarme y sanarme y que ahora vuelven a brillar. Como los míos. Te he soñado pero la realidad es mucho mejor. Cuando la esperanza parece desvanecerse, cuando te desee que encontrases aquello que te tomase de la mano para encontrar la ilusión, te encontré. Calor, luz y amor. ¿Cómo pude dejarte ir una y otra vez? El destino parece que por fin ha construido un camino que lleva al hogar: tu corazón y tus alas.

Ya no habrá más noches de soledad, ni emociones que se desbordan buscando en vano. Estás aquí, a mi lado, y te juro que cada uno de tus sufrimientos los borraré con mis besos y mis brazos, abiertas mis alas oscuras para resguardarte.

Y así volveremos junto a la Luna y las estrellas.

1 comentario:

  1. No tengo palabras... espero que puedas conformarte con mis abrazos y besos... te amo

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